Hoy tenemos una imagen que nos muestra la cantidad de edificios nuevos en la parte Norte del barrio. El ritmo de construcciones en esta parte de Caballito y Parque Chcabuco es importante. Pero, como sabemos, muchas obras no tienen en cuenta los daños que pueden ocasionar a las propiedades adyacentes, especialmente si se trata de casas viejas, que tienen menos mantenimiento y desgaste en la estructura, siendo entonces más proclives a los derrumbes, que ya ocasionaron daños considerables a la gente. Un ejemplo muy evidente es la casa de Goyena y Thorne, donde una medianera entera se desmoronó. En este sentido muchos consorcios de la construcción no tienen el más mínimo sentido de la responsabilidad. Pero la culpa no es sólo de ellos, ya que también, este hecho es una evidencia de la falta de políticas urbanas adecuadas para regular los usos del suelo urbano e intervenir en el ordenamiento territorial de la ciudad. Esto también afecta al paisaje, aquí mismo se puede ver la heterogeneidad entre los edificios, en cuanto a diseño, época y altura. Esto es resultado de la ausencia de entidades fuera de la esfera privada, que pueda coordinar un modelo de ciudad. Es decir, no se sabe hacia dónde marcha nuestra ciudad, ya que la propiedad del suelo se otorga a privados que no les importa a quién tienen al lado. Como se ve, este modelo de ciudad no es, al menos en un futuro previsible, ambientalmente sustentable, ya que tampoco se tienen en cuenta la capacidad de las infraestructuras de servicios básicos para servir a los nuevos residentes. Además, seguramente a mediano plazo, los problemas de transporte pueden agravarse por la mayor demanda que genera esta población adicional.
Bueno, estos son unos de los tantos problemas que enfrentan hoy en día los barrios semi-periféricos (Parque Chacabuco) de la Capital, que ven emerger un tipo de construcción que hasta entonces predominaba sólo en los barrios más densos y más céntricos (Belgrano, Almagro, etc.)
Como último detalle, en el centro de la foto se ubica el colegio en el que trabaja mi vieja (Directorio y Pumacahua), cuya mitad está pintada de celeste.
